Nomenclatura del Traje y la Moda. MANGA BÉRET / BERET SLLEVES / MANCHES À BÉRET.

Con la denominación MANGA BERET, en inglés BÉRET SLEEVE y en francés MANCHES À BÉRET (literalmente “mangas boina”), se identificaba a todas las variantes de mangas abultadas que acompañaban a las prendas femeninas durante la época del Romanticismo.

Aunque desde el punto de vista cultural, el Romanticismo se inició a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra la Ilustración y el Neoclasicismo, en la moda, se advierte una vez decaído el estilo Imperio, entre 1815 y 1820 y se prolonga hasta 1850, cuando una nueva manera de vestir irrumpe en la moda: el Segundo Imperio, cuando el movimiento del Realismo, sustituye a la corriente romántica.

Una vez abandonada la moda Imperio, la silueta femenina comienza a recuperar el volumen perdido, primero en la falda y, poco a poco en las mangas. De las mangas balón o globo, propias de los vestidos entre 1800 y 1810’s, se pasa poco a poco a definir una forma más voluminosa de estas, llegando a lo que muchos autores definen como “manga jamón” o “pierna de cordero” por su morfología similar a estas partes de dichos animales, cuando cubrían todo el brazo. En su momento, la denominación correcta era MANGA BERET, término con el cual identificaba a todas: cortas, largas, o mangas transparentes con mucho volumen colocadas sobre una manga globo o balón.

Figurines de moda de 1817 a 1826. Se advierte el gradual aumento de volumen en falda y mangas

El denominador común de la MANGA BERET era el volumen y para lograrlo se recurría a varias opciones: o un relleno atado al brazo como parte de las prendas interiores o a corpiños llevados bajo el corsé que poseían mangas globo crinolizadas. En ocasiones, para acentuar aún más su forma, era usual agregar sobre ellas una especie de “media manga”, denominada “jockey”, pieza que sale del hombro y cae sobre la abultada manga; también parte del adorno del escote podía caer sobre la manga.

1830. Relleno para mangas. Museo Victoria & Albert. Londres
Figurín de moda. Modes Parisiennes, 1827
Figurín de moda, 1830’s
Arriba y abajo: Detalles de vestidos originales 1830’s. Museum at FIT, New York.

Pero lo que realmente caracteriza la MANGA BERET en relación con el cuerpo del vestido, es el lugar en que se ubican: mucho más debajo del hombro natural. A pesar de la revalorización que se realiza de los sentimientos y el papel de la mujer, para los románticos, la naturaleza femenina era concebida como abnegada, dulce, delicada, sensible, sumisa, prudente, débil, agradable, obsequiosa… La literatura romántica, queda plasmada la imagen deseada del ideal femenino, y en ese estereotipo, la fragilidad era algo esencial de la mujer. Por ello, su silueta debía apoyar dicho ideal y, la fortaleza que brinda la imagen de unos hombros destacados, debía ser anulada colocando las abultadas mangas más abajo, creando así el efecto de los hombros caídos.

1830 Karl Briullov: La gran duquesa Elena Pavlovna de Rusia con su hija María (detalle)
1832. Friedrich von Amerling: Julie von Woyna
1820’s. Sir Thomas Lawrence: Marquise de Blaizel
1831. Winterhalter: Sophie Guillemette, Grand duquesa de Baden.

Ya fuera o no consciente de ello, la realidad es que, durante casi 20 años, la mujer se vistió con esas abultadas y exageradas mangas aplicándose toda la fantasía en ellas. Las MANGAS BERET comienzan a perder volumen hacia 1940, advirtiendo la llegada de un nuevo estilo.

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