Sobre la «Gran Renuncia» (Parte II)

GESTACIÓN DE TRAJE BURGUÉS MASCULINO

Cuando en 1789 la Asamblea Nacional en París acordó la eliminación de todo privilegio exclusivo en cuanto a vestimenta, se había iniciado la marcha irreversible hacia la democratización de la indumentaria. Atrás quedarían decretos y leyes suntuarias que desde la Edad Media impedían el acceso a determinadas prendas y materiales por las clases del tercer estado. A partir de entonces, la moda respondería a una nueva estructura económica-social existente en la mayoría de los países europeos desde inicios del siglo XIX. Paralelamente a esta democratización se produjo un cambio en el vestir masculino, del cual emana la gestación del traje burgués, y con ello, una nueva etapa en la historia del vestir.

No podemos obviar el papel que jugó Inglaterra en lo relacionado a estos cambios. Desde la segunda mitad del setecientos, en Inglaterra se puso de moda el uso de diversos conjuntos de diario para aquellos burgueses que no tenían acceso a las actividades cortesanas o como opción para quienes no podían costear los lujosos conjuntos a la francesa. Este traje simple del ciudadano inglés -chaquetas de paño sin bordados ni adornos, pantalones de cuero o de otro género de carácter duradero- se propagó paulatinamente en el continente y antes de 1789 era conocido como «traje inglés» en oposición al recargado atuendo cortesano. Es así como la simplificación del traje masculino se venía operando silenciosamente en Inglaterra, influenciado por un modo de vida burgués y bajo las presiones de nuevas estructuras productivas derivadas de una Revolución Industrial que desarrolló, entre otras, la industria textil.

1763. John Singleton Copley. James Warren

1763. John Singleton Copley. James Warren

No obstante, gracias a la Revolución Francesa, se difundieron al mundo entero las ideas de esta democratización de la indumentaria. Durante la República y luego de la caída de la monarquía en 1792 es cuando se produce la aparición pública de una nueva propuesta de traje masculino, la cual encarnaba las ideas revolucionarias de los franceses. Inaugurado por el actor Chenard como abanderado de la fiesta cívica del 14 de octubre de 1792 y adoptado por los miembros de la Comuna, representaba el traje del jornalero del campo y de las ciudades. Consistía en pantalón largo y ancho de lana gruesa, camisa, chaqueta corta llamada carmañola, gorro rojo…sin bordados ni decoraciones.

1792. L. Boilly. El actor Chenard como Sans-culotte.

1792. L. Boilly. El actor Chenard como Sans-culotte.

Conocidos como descamisados o sans-culottes a quienes la llevaran, la nueva propuesta, cuyos orígenes eran puramente políticos, transcendió en su significación social. Al renunciar esta vestimenta a elementos fuertemente arraigados como atributos del «buen vestir» masculino (peluca empolvada, calzón corto y tejidos lujosos) y ser sustituidos por otros que hasta el momento eran característicos de las clases pobres, se daba paso al concepto vestimentario del hombre burgués, en oposición al que respondía a un régimen al cual ya designaban como «antiguo».

A pesar del escándalo que provocó este cambio, la nueva imagen del hombre se fue abriendo paso lentamente. En 1793 el pantalón hasta el tobillo era llevado por la mayoría de los jóvenes, aún cuando el uso de las botas altas y ajustadas reflejara la indecisión de los menos audaces. El calzón fue reservado para las personas mayores, conservadoras, o para actividades de gran ceremonia. En 1815 desapareció por completo el pantalón corto para el atuendo civil.

Ni la corte imperial de Bonaparte pudo restituir el traje cortesano como indumentaria común; éste había quedado destruido bajo los muros de la Bastilla. La influencia inglesa penetró a raudales en lo que a elegancia masculina se refiere. La chaqueta de anchos faldones se convirtió en el redingote o riding-coat de los ingleses, la cual conjuntamente con el frac y la levita iban oscureciendo cada vez más sus tonos.

1797. Journal des Dames et des Modes

1797. Journal des Dames et des Modes

1798. Gerard Francois. Jean  Baptist y su hija.

1798. Gerard Francois. Jean Baptist y su hija.

Los años que van desde 1789 a 1815 se caracterizaron por la lucha y coexistencia de ambos estilos del vestir masculino: la del traje burgués sencillo contra el elegante de corte «a la francesa». El primero fue desterrando paulatinamente al segundo, primero en su línea y más tarde en color y decoraciones.

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