LAS MUÑECAS PANDORA. ¿Un «bello mal» para los mortales?

‘Pandora’, en la mitología griega, fue la primera mujer creada por orden de Zeus para introducir males en la vida de los hombres, después de que Prometeo, yendo en contra de su voluntad, les otorgara el don del fuego. Etimológicamente se le ha dado a la palabra «Pandora» un significado con distintos matices: para algunos se ha interpretado como «el regalo de todos»; para otros, significa «la que da todo». Hay quienes señalan que se estaría ante la precursora griega de la Eva bíblica, puesto que Pandora es quien, como aquélla, trae la desgracia a la humanidad. Por otra parte, la expresión » la caja de Pandora» se utiliza para indicar que lo que parece muy atractivo o beneficioso puede resultar muy perjudicial, derivado del propio mito.

Ya sea por uno u otro significado, lo que nos ocupa es el uso del nombre Pandora para designar a una muñeca utilizada para presentar la moda francesa en los siglos XVII y XVIII. Se ha comprobado que desde finales del siglo XIV ya se conocía este método. Según un registro de 1396 de Robert de Varennes, el sastre corte de Carlos VI de Francia, en el cual queda constancia de haber recibido 450 francos para el guardarropa de una muñeca, para ser enviada por la reina Isabel de Baviera a la Reina de Inglaterra. Del siglo XV queda la referencia de que en 1496 la reina Ana de Bretaña ordenó una muñeca grande para ser vestida y enviada a la reina española, Isabel la Católica, quien le dedicaba una especial atención a su vestimenta. Leonie Frieda, en su biografía sobre Catalina de Medici (esposa de Enrique II de Francia, reina consorte de Francia desde 1547 a 1559) afirma que entre los objetos que albergaba la reina como coleccionista de arte que era, se encontraron varias muñecas ataviadas con diversos tipos de vestido.

Es el siglo XVII, una vez establecido el predominio de la moda francesa, cuando las ‘muñecas de moda’ se convierten en la vía ideal para promocionar el estilo del vestir francés cuyos detalles eran tan reclamados por el mundo entero. Y así fue como el rey Enrique IV de Francia, ordenó realizar dos muñecas vestidas a la moda, para ser enviadas a María de Médicis, quien sería su segunda esposa y había enviado un mensaje desde Italia expresando su deseo de conocer algunos ejemplos de la moda llevada en la corte francesa. Es en este momento en que puede establecerse como la primera muñeca ‘Pandora’, al ser de mayor tamaño y especialmente ataviadas según la moda cortesana francesa.

La fabricante de poupées, d’Angelo Comte de Courten.

Estas dos primeras muñecas fueron bautizadas como: la Gran Pandora, de 36 pulgadas de altura y la Petite Pandora, de 30. Hechas de papel maché, la más grande estaba ataviada en un conjunto de corte, y la pequeña, en uno de diario. Las muñecas no poseían extremidades inferiores, colocándose en esa zona unas varillas a modo de estructura (tontillo, panier…), como recurso para brindar volumen a la falda de los vestidos. El conjunto se completaba con los sombreros, zapatos, peinados elaborados y una gran cantidad de perlas y joyas en miniatura.

Pandora del siglo XVIII

Rápidamente se extiende la costumbre de que las señoras de las altas clases debían poseer las ‘muñecas Pandora’. Tal como tener la última revista del Vogue París, las damas de la aristocracia (y también la pudiente burguesía) deseaban demostrar que estaban actualizadas en temas de moda, exhibiendo sus Pandoras en los salones.

Pandora francesa del siglo XVIII

Lo que comenzó como un capricho aristocrático se convertirá en una parte importante de la promoción de moda francesa de los siglos XVII y XVIII. Las Pandoras fueron enviadas por las damas de la corte francesa a Inglaterra, Alemania, España e Italia. Las expectativas por conocer los detalles de la moda que imperaba en el mundo era tal, que aún en contiendas bélicas se daba paso al carruaje que transportaba tan respetado ‘botín’. La inmunidad diplomática de las Pandora era inalterable.

Reproducción de pandora del siglo XVIII

El gran siglo de las muñecas Pandora fue, sin duda, el siglo XVIII y a medida que su popularidad fue creciendo, las Pandoras llegaron a ser conocidas como “poupees de la Rue de Saint-Honoré», o incluso, “las grandes mensajeras de la moda”. Su elaboración estaba a cargo, indistintamente, por las damas más ‘in’ de la moda francesa (por ejemplo, durante el reinado de Luis XV, eran vestidas en el salón de su favorita, la marquesa de Pompadour), o directamente a manos de las modistas de fama de la época. La reina María Antonieta, encargaba a su modista, la conocida Rose Bertin, suministrar muñecas de moda para sus hermanas y su madre, la emperatriz María Teresa de Austria.

Regresemos a la Grecia antigua: Pandora fue creada por Hefesto con ayuda de Atenea, los otros dioses la adornaron generosamente con «todos los dones» (ese es precisamente el significado griego del nombre Pandora: gracia, persuasión, habilidad manual…). Pero Hermes introdujo en su corazón el mal y el engaño. Pandora fue enviada como regalo a Epimeteo, hermano de Prometeo, que seducido por su encanto la tomó por esposa, desoyendo los prudentes consejos de su hermano, que le había prevenido contra los regalos de los dioses. En su casa Epimeteo guardaba un cofrecillo que había prohibido tocar a su esposa. Pandora, demasiado curiosa, lo abrió en cuanto tuvo oportunidad y todos los males del género humano que allí estaban encerrados escaparon y se extendieron por el mundo… ¿es la moda tan malvada como quien abriera el cofre?…¿un ‘bello mal’ para los mortales?..