Si nos pudiera resultar antinatural el deseo de aumentar caderas, propio del ‘panier’ o tontillo, o agrandar hasta el extremo el volumen de la falda con la ‘jaula’ o ‘crinolina’…¿encontramos alguna razón por el gusto de abultar el trasero?…No existe lógica en los ‘caprichos’ de la moda…y, tratar de encontrarla, sería un error…Como continuidad de los apuntes sobre los ‘artefactos’ utilizados por la mujer para alterar la silueta natural de su figura, hoy le dedicaremos texto e imagen al polisón.
A pesar del ambiente revolucionario de los primeros años de finales del siglo XIX (recordemos que en 1871 se produce la Comuna de París, movimiento insurreccional que gobernó la ciudad de París por 60 días y que promulgó una serie de decretos revolucionarios), ya estaba consolidado el espíritu burgués en la mayoría de los países desarrollados de Occidente. El modo de vida de la sociedad burguesa alcanzó un gran refinamiento y la alta costura continuó su desarrollo con la oferta para la mujer de la alta clase. Es la consolidación de lo que Lipovetsky llama “la feminización del lujo”, como consecuencia del establecimiento de la “gran renuncia” masculina…en la mujer recae toda la necesidad de marcar la posición social a través de la apariencia.
Es a partir de 1870 que cambia el punto de atención en el cuerpo femenino. De las caderas y la falda, se pasa el trasero y… surge el polisón (‘bustle’, en inglés). El corsé afina exageradamente el torso para que éste contraste con el volumen y decoración de la falda, que aumenta su dimensión en la parte posterior con sobrefaldas, volantes, flecos y tejidos de diversos colores y texturas. Es el llamado “estilo tapicero”, muy relacionado con las tendencias de la decoración interior de los salones burgueses de la época.
El polisón deja de utilizarse durante los años que van desde 1878 a 1883, pero los diseños de los vestidos se mantienen similares…ahora con la falda muy estrecha, producto de la desaparición de la estructura que le brindaba volumen…
Cuando resurge, lo hace con más volumen que antes, creando casi un ángulo recto entre la espalda y el plano creado por el polisón.
Poco más de dos décadas estuvo vigente esta silueta y a partir de 1890 cambiará hacia formas diferentes y no menos extremas. Las mangas se hinchan hasta convertirse en piezas de mayor volumen que las llevadas bajo el Romanticismo…continuaremos en otra publicación…
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