JAQUELINE DURRAN viste al “Macbeth” de Justin Kurzel

De regreso de unas largas vacaciones de verano, me traslado a la Escocia medieval, al provocarme el visionado de “Hamlet” (Justin Kurzel, 2015) el deseo de realizar algunas reflexiones sobre su vestuario.

Sobre la diseñadora del vestuario de esta producción -JAQUELINE DURRAN – he publicado en dos ocasiones:“Un making-of sobre el vestuario de Anna Karenina” del 22 mayo de 2015 y unos apuntes en enero del mismo año a raíz de su nominación al premio Oscar al mejor diseño de vestuario por “Mr. Turner” (Mike Leigh, 2014), galardón que fue a parar, con justicia según mi opinión, a Milena Canonero por su excelente trabajo para “El Gran Hotel Budapest” (Wes Anderson, 2014).

Con varios reconocimientos de la crítica (Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso; Festival de Sitges: Sección oficial largometrajes; Premios Goya: Nominada a mejor película europea), entre ellos por los Premios Satellite, entregados anualmente por la International Press Academy (IPA) cuyos miembros reconocieron con una nominación la labor de dirección artística y vestuario.

Shakespeare es uno de los autores cuya grandeza en las historias y fuerza narrativa ha inspirado a cineastas a adaptar sus obras. En cuanto a “Macbeth”, existen versiones anteriores, todas ellas llevadas a cabo por grandes cineastas. De 1948 es el Macbeth de Orson Welles; después vendría la versión de 1957 de Kurosawa “Trono de sangre” (según la mayoría de los críticos, se trata de la mejor adaptación que es una recreación de la tragedia, situándola en el Japón feudal) y en los años 70 sería Roman Polanski quien llevara al cine su propio Macbeth (1971).

Aunque hace casi un año del estreno universal de esta última visión del guerrero escocés, “Macbeth” ha mantenido un recorrido en los medios especializados, blogs y revistas, a partir, sobre todo, por el tono visual en su adaptación a la gran pantalla de la gran obra de Shakespeare. Justin Kurzel y su equipo lograron una obra imponente, al recrear el escenario de la gran tragedia convirtiendo los paisajes de Escocia en un descenso a los infiernos en el cual la niebla, el humo y la oscuridad sobrecogen con su belleza depresiva, contextualizando la historia de ambición y poder que conduce a la tragedia teñida en sangre. Es, precisamente, esa búsqueda de un esteticismo muy marcado lo que algunos críticos señalan como error, al anular el alma del discurso narrativo del drama.

Sin entrar a polemizar sobre la eficacia de esta versión de Macbeth, entremos en las reflexiones sobre su vestuario. Antes de continuar, recordemos algunos datos sobre JACQUELINE DURRAN. Diseñadora británica, con una filmografía de 19 largometrajes, cuya obra ha sido reconocida, como señalamos, con el premio Oscar al mejor diseño de vestuario en la edición de 2013 por “Ana Karenina”, dirigida por Joe Wright. Con este director, Jaqueline establece un “binomio artístico” al iniciar su colaboración en 2002 con “Todo o nada”, repetir en 2004 con “Vera Drake”, reconocida por la crítica con varios premios, entre ellos, tres nominaciones a los Oscar y varios BAFTA. Continuó su relación profesional con Joe Wright en “Orgullo y Prejuicio”, en 2005 con un trabajo de vestuario delicado, exacto en el cuidado de los detalles de esa rica etapa de la historia del traje que es la Regency inglesa.

Una vez más, Jaqueline Durrán se enfrenta al reto de realizar una adaptación de la vestimenta de la época en que se narra la acción (Escocia, siglo XI), al deseo del director, de relacionar el ambiente visual a un western (Oeste de EEUU, siglo XIX). Jaqueline Durran comenta que decidió no acudir a una reproducción fiel de uno u otro estilo sino basarse en las formas más simples de cada etapa.

Macbeth (Michael Fassbender) y Lady Macbeth (Marion Cotillard). Fotograma de «Macbeth» (Justin Kurzel, 2015)

En respuesta a las preguntas realizadas por Joe Kucharski en una entrevista para su blog “Tyranny of Style”, la diseñadora expone que la paleta de color definida para la película hizo más fácil la fusión de ambos ambientes vestimentarios: todo sería en negro, grises y sepias. Pasando a los tonos claros (blancos crudos o sucios) una vez llegada la coronación de Macbeth. Señala que también la selección de los materiales para la construcción de los trajes apoyaron esa relación: el cuero, la lana, el cáñamo…están presentes tanto en la vestimenta del oeste americano como en la de los habitantes del lejano mundo medieval. Todo ello apoyado con la extrema ambientación de las piezas, las cuales, en su mayoría están manipuladas para darle el carácter y la expresividad necesarios.

Fotograma de «Macbeth» (Justin Kurzel, 2015)

El resultado es satisfactorio, a pesar de ciertos conjuntos en los que la extrema sencillez de las prendas afectan la verosimilitud (condición indispensable para todo vestuario en el cine) anulando la expresividad y el dramatismo. También advierto cierta tendencia ‘fashion’ en los conjuntos blancos de Lady Macbeth y de otros personajes femenino en las escenas en la corte.

Fotogramas de «Macbeth» (Justin Kurzel, 2015)

Lo mejor: el control del color, respetando la gama cromática con eficacia, llegando a crear verdaderos conjuntos que se convierten en marchas dentro de la narración de la tragedia; los trajes de batalla y vestimenta de la figuración y papeles secundarios, perfectamente concebidos e impecablemente ambientados y, sin duda, la expresividad lograda con el conjunto vestimentario en la aldea, en el que Lady Macbeth y Lady Macduff están cubiertas con grandes mantos grises.

Fotogramas de «Macbeth» (Justin Kurzel, 2015)

Lo peor: al igual que sucedió con el vestuario de “Anna Karenina”, considero que Durran se deja ‘seducir’ demasiado por las formas y aires ‘de la moda’…

Más información: Joe Kucharski :“Jacqueline Durran’s Costume Design for Macbeth”, Tyranny of Style, December 3, 2015. En:http://tyrannyofstyle.com/jacqueline-durran-macbeth-costume-design